Cientos de feligreses dicen Sí con alegría a la Reina del Carmelo en las festividades de la Santa Patrona del Mar, Nuestra Señora del Carmen.
La misma empezó con la novena en su honor desde el 7 de julio hasta el 15 y su gran Fiesta el 16 de julio, donde participó el pueblo dando testimonio de sus grandes Milagros. Durante estas celebraciones se destacó la importancia de las obras de misericordia en este año Jubilar, que deben entregarse desde el corazón para hacer el verdadero compromiso de amor al prójimo y la importancia del Escapulario.
El Escapulario es un símbolo de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María, de allí nace el nombre Reina del Escapulario.
La Virgen del Carmen, Santa María Madre de Dios, es el saludo dedicado a la Madre de la Misericordia que un 16 de julio de 1251 se le aparece a San Simón Stock general de la orden Carmelita y le entrega el escapulario con estas palabras: “Toma este hábito, el que muera con él no padecerá el fuego eterno”.
El Rector del Santuario Diocesano, el Pbro. José del Carmen Ortega, compartió la importancia que se le atribuye a este acontecimiento de Nuestra Señora del Carmen, atribuyéndole el hecho de que así se levantara el primer convento de las Carmelitas.
Mons. Manuel Ochogavía, quien presidió la misa matutina del 16 de julio, manifestó: “María es merecedora de esta gran celebración, simplemente porque es Madre, nuestra Madre de la Misericordia”.